17 de abril del 2016
El viernes, 22 de abril, gente de diferentes regiones, culturas y orígenes se reunirán para celebrar nuestro planeta en el Día de la Tierra. Al reflexionar sobre la irregular grandeza de una sierra, la santa soledad de un paisaje del desierto, o la exuberante abundancia de un bosque lluvioso, nos regocijamos en la belleza y la diversidad del mundo que llamamos hogar. En momentos de celebración, de oración, o de reflexión en silencio, es importante recordar que compartimos el planeta Tierra con millones de otras especies vivas, y que estas criaturas no son simplemente cohabitantes, sino miembros integrales de la comunidad que Dios ha creado para que nosotros residamos en ella y la administremos.
Considere a la abeja de la miel, polinizadora diligente que transporta el polen y las semillas de flor en flor, asegurando que cada planta reciba la fertilización que se necesita para florecer. La laboriosidad de las abejas ayuda a los principales cultivos que alimentan a la humanidad, sin embargo, el cambio climático, los pesticidas, y la pérdida del hábitat han disminuido significativamente la población de las abejas, arriesgando tanto el futuro de la abeja como el de la especie humana.
Muy al norte por encima del círculo polar ártico, la manada de caribúes espín proporciona alimentos críticos, ropa y herramientas para los pueblos nativos Gwich’in de Alaska, permitiendo a los Gwich’in practicar su estilo de vida de subsistencia y las tradiciones sagradas, como han hecho durante los últimos 10.000 años. Por desgracia, el hábitat del caribú sigue siendo vulnerable a la potencial exploración de recursos, y la extracción de petróleo podría poner en peligro la supervivencia tanto del caribú como la del pueblo de los Gwich’in.
El elefante africano y el marino terópodo, el albatros errante y el perezoso pigmeo, todas las criaturas que se deslizan, que caminan, que vuelan o se arrastran, son miembros esenciales de la red sagrada de la vida. En este Día de la Tierra, se debe tener en cuenta cómo usted puede ser un mejor vecino de las criaturas que habitan en nuestro hogar común. Considere la posibilidad de abogar ante sus miembros del Congreso para que protejan la Ley de Especies en peligro de extinción, o plante usted el jardín de un polinizador en la propiedad de su iglesia para las abejas. En su camino a casa hoy, tome el tiempo para admirar las criaturas “brillantes y hermosas”, “sabias y maravillosas” que comparten nuestro planeta, y considere cómo sus vidas constituyen un intrincado entrelazamiento con la propia de usted.
Logre más información sobre la biodiversidad y la fe a través del recurso #EarthDaySunday del Ministerio de Creación y Justicia: http://www.creationjustice.org/earth-day-sunday.html
Para aprender más acerca de los esfuerzos de abogacía ambiental de la Iglesia Episcopal, únase a la Red Episcopal de Políticas Públicas en: http://advocacy.episcopalchurch.org/app/register?5&m=29629
Para ulterior información, contacte a Jayce Hafner jhafner@episcopalchurch.org
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